miércoles, 4 de marzo de 2015

Mi serena locura.

Hace casi un año aposté por un valiente.
Aposté por compartir mi vida en la distancia con una persona que me ha apoyado desde que era una adolescente con collar de pinchos y ganas de cambiar el mundo.
No recuerdo una noche de sábado en el que él no cogiera su coche y me llevara hasta la puerta de mi casa.
Él es cabezota, divertido, seguro. Una de esas personas que lucha hasta conseguir su objetivo.
A veces es tan real y pragmático que me asusta. Me asusta que mi pequeña mente llena de tanta música, colores y sensaciones, le parezca una chiquillería.
Pero él me quiere así.
Con mis locuras, mi chorradas o mi ir andando por la calle como si fuera en un anuncio de compresas. Mi cara de enfurruñada cuando no soy capaz de ganar en algo o no parar de hablar recién levantada.
Y yo lo quiero a él así.
Con su actitud de poder ante cualquier problema. Con su capacidad para no dejarse vencer por el miedo y analizar cada situación como si no fuera con él. Con sus silencios llenos de sensaciones. Por ser capaz de tomar decisiones valientes sin que le tiemble el pulso, dando pasos de gigantes hasta ser feliz. Porque los únicos momentos en los que le veo vulnerable es cuando me demuestra lo que siente, temiendo que en algún instante yo deje de verlo con mis ojos de enamorada.
Él es mi serena locura y yo su locura serena.
Hace casi un año aposté por un valiente y no me he equivocado.

domingo, 2 de febrero de 2014

Autómata

Hace 5 días falleció mi tía. 
Mi reacción ante esa noticia, fue apagar el cigarro que estaba fumando y sentarme frente a los apuntes, como si nada hubiera pasado. 
Actué como esa autómata que llevo siendo estos últimos meses de mi vida...
No derramé ni una lágrima.
No podía permitirme ese lujo.
De mí se esperaba que no me afectase y siguiese centrada en mi objetivo, ese examen para el que faltaban 4 días. 
Y así fue. 
Hoy es el día después de ese examen y me siento vacía. 
Nada ha salido según lo esperado.
No sé si lo aprobaré o no, pero ese sentimiento de "deshumanización" que siento no vale un examen, ni una plaza ni toda la carrera de médico juntos. 
Yo no quise estudiar medicina para esto. No quiero apartarme de la empatía, para acabar convertida en un "analizador de algoritmos de síntomas" más. 
He vuelto a recuperar mi vida después de 6 meses, pero no puedo evitar sentir que ya no es tan mía como antes...

martes, 24 de diciembre de 2013

Kixi Christmas

2013 ha sido intenso.
Creo que esa es la palabra exacta...
Conseguí aquello con lo que llevaba soñando toda la vida, ser médico.
Y muchos estuvisteis ahí, para alegraros conmigo y celebrar que lo había logrado.
Después las cosas se torcieron.
Han sido un año familiar demasiado complicado, recomponiéndonos de una para recibir otra hostia. Pero de todo se aprende, y con ello supe que no puedo estar más orgullosa de mi familia.
De una u otra manera, vosotros también habéis sido un apoyo cuando lo he necesitado,  por ello quería daros las gracias.
Gracias los que me habéis escuchado durante horas.
Gracias a los que me habéis hecho reír.
Gracias a los que habéis confiado en mí y habéis conseguido ser algo más que un simple nick...
Gracias...
Mamen.

lunes, 16 de diciembre de 2013

Special...

Te fijaste en mí. 
Yo escribía sin pensar que podría haber alguien leyéndome en la sombra.
Pero ahí estabas tú. 
Y te gustó lo que viste.
No sé cómo ni por qué pero viste algo en mí que me hacía "special"...
Afortunadamente fue mutuo. 
Yo también te vi. 
Detrás de ese avatar de dulces había una mujer increíble. 
Una mujer con una capacidad de escuchar sin limites... 
Alguien que ha estado ahí SIEMPRE que la he necesitado. 
Alguien que ha conseguido rascar y llegar a lo más profundo de mí y saber lo que siento.
No has dejado que caiga ni una sola vez. 
Has sido capaz de ver que estaba tropezando incluso antes de que yo misma fuera consciente.
Por carpetear conmigo y consolarme. 
Por charlar conmigo horas y horas por teléfono.
Por tragarte mis 24 horas.
Por dejarme entrar en tu mundo...

GRACIAS.

domingo, 1 de diciembre de 2013

Okupa musical

La nostalgia es una okupa.
Llega como una invitada y se instala.
Viene siempre precedida de una canción, una imagen, un olor...
De repente, ante ese estímulo, tu cerebro hace "click" y ¡voilà! ya no hay marcha atrás...
Ya no hay forma de evitar que actúe como un pequeño parásito y empiece a invadir cada rincón neuronal de tu mente.
A su paso va dejando huecos y más huecos. Huecos que al final acabarán siendo okupados por más nostalgias...
Mi cerebro acabará convirtiéndose en un pequeño queso gruyere, con millones de fotos, olores e imágenes.
Como un pequeño museo de lo que pudo haber sido y no fue.


jueves, 21 de noviembre de 2013

Murphy vs Ali

Siempre me he sentido cautivada y fascinada por Muhammad Ali.
No por el Ali que ganaba combates a base de KOs, si no el de los últimos años de su carrera.
Cualquier experto en boxeo, diría que no tengo ni idea sobre el deporte y que deliro.
Pero lo cierto, es que me quedaba maravillada viendo a ese púgil, que en un momento de su vida fue el rey, caer en picado y aún así resistir.
Durante su última época, ese hombre se mantenía firme asalto tras asalto. Recibía golpe tras golpe, como si de una estatua de hierro se tratara. Era la resistencia vs la técnica. Esperaba el agotamiento de su contrincante. Sabía que llegaría, sólo era cuestión de esperar...

Ahora soy yo la que está en el ring.
Es mi momento de luchar contra la mala suerte, el destino, Murphy o cómo quiera que se llame.
Me mantengo firme, recibiendo hostia tras hostia sin inmutarme. Incluso le sonrío mientras pienso, "no podrás agotar mi resistencia, ya te cansarás"...
Hasta que en un golpe, me agarra del cuello y me dice:
"Acabarás temblando frente a mí, como Muhammad lo hizo frente al Parkinson..."


martes, 19 de noviembre de 2013

Mis muletas

Quiero caer pero no me dejan.
Cuándo creo que ya es hora de tocar suelo, de repente, aparece esa gente que me coge por la axilas y me eleva.
Hay abrazos físicos que saben a vacío, y hay palabras a distancia que tiran de ti y te izan como si fueses una bandera.
Y yo no quiero ondear, pero cuando miro hacia abajo y veo sus caras, sé que tengo que moverme...
Gracias por esa palabra a tiempo. Gracias por sacarme una sonrisa. Gracias por ser mis muletas cuando me fallan las piernas...